Barrio de Flores
Javier Roberto es mensajero, tiene 46 años, paciente con EPOC y el sábado pasado a la madrugada le dieron el alta tras pasar la noche internado por un ataque de tos que se volvió incontrolable.
Pocas horas después, al mediodía, estaba sentado sobre su moto en la puerta de una farmacia en el barrio de Flores. Su hijo mayor, Martín (20), entró a comprarle los medicamentos que necesitaba. Sobre la avenida Carabobo, vio venir a un joven -de no más de 19 años- empujando un carro con cartones . A pesar del frío, el chico estaba en ojotas y a una de ellas, completamente rota, la traía a la rastra.
Entonces no lo dudó y le preguntó: «¿Cuánto calzás?» . «40», respondió el chico. «Igual que yo», le dijo Javier mientras se bajaba de la moto. Se sacó su par de zapatillas -el más nuevo que tenía- y se las entregó. La foto de Javier en medias mientras el joven se ataba las zapatillas al lado del carrito se volvió viral en Twitter, gracias a un hilo de la periodista Marcela Ojeda ( @Marcelitaojeda ).
«Cuando me bajé de la moto, el pibe se quedó sorprendido, mirándome como si pensara: ‘¿Será verdad o mentira?’. Se puso las zapatillas con una cara de feliz cumpleaños tremenda, me miraba mientras se las ataba y me dijo como tres o cuatro veces: muchas gracias», cuenta Javier a LA NACION.
No hubo titubeos ni se preguntó: «¿Lo hago?», lo hizo sin dudar. Dice que vivió «una infancia jodida», que sabe lo que es usar zapatillas varios talles más chicas porque la plata no alcanza para un par nuevo. También lo que es pasar hambre.
Cuando Martín salió de la farmacia y vio a su papá descalzo, Javier se encogió de hombros: «Se las regalé al cartonero que va allá». El hijo, suspiró: «¡Te vas a resfriar, acabamos de salir del hospital!».
Fuente: Diario La Nacion