Casi 20 amenazas de bomba en la Ciudad en pocos dias

Las amenazas de bomba que hasta hace unos días eran hechas en su mayoría por alumnos para suspender las clases, no son tomadas como bromas por los funcionarios porteños. ¿Qué cambió la ecuación? Los recientes atentados en París, que aumentaron la susceptibilidad en las fuerzas de seguridad y en las autoridades judiciales. Esta semana, hubo en la Ciudad 17 llamados anónimos en menos de dos días.

Así lo precisó el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi a Infobae: desde que comenzó su turno el lunes hasta las 13 del martes pasaron sólo 37 horas, pero se hicieron denuncias por 17 amenazas de bomba, una cada dos horas.

De los 17 llamados, 13 se hicieron en colegios secundarios públicos, otros tres alertaron sobre explosivos en dependencias del Estado nacional y uno más sobre la sede de Paternal del Ciclo Básico Común (CBC) de la UBA.

Entre los colegios afectados figuran el Mariano Moreno, el Julio Cortázar y las escuelas técnicas Maipú y Fray Luis Beltrán. También se registraron amenazas en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y en dos sedes de Nación Seguros, precisó Infobae.

Mientras que la explicación de los llamados a las escuelas es simple, no lo es tanto cuando se trata de descubrir las intenciones detrás de las amenazas en dependencias del Estado nacional.

Igualmente, con los ánimos sensibles luego de los atentados en París, no importa de dónde provenga la advertencia. Cualquiera es tratada como un peligro real, con todo lo que eso implica: movilizar a agentes de la Policía Federal, evacuar a alumnos y personal del establecimiento, revisar el lugar y hasta reordenar el tránsito en la zona.

En uno de los colegios, los policías que habitualmente reciben llamados por amenazas se comunicaron con las autoridades de ese establecimiento. Y los docentes explicaron que la mayor cantidad de este tipo de incidentes se daba los días en que un profesor muy exigente daba clases.

A diferencia de tiempos pasados, cuando las amenazas solían hacerse a través de teléfonos públicos, la mayoría se efectúan ahora desde celulares, lo que permite identificar más fácilmente a los autores.