Salud y Bienestar
El estrés (del griego stringere, que simboliza, «apretar, comprimir, aplastar, etc. » es una reacción funcional del organismo en el que participan distintos mecanismos de protección para confrontar una circunstancia o suceso que se aprecia como amenazador o de instancia incrementada. Señal o síntoma incitado por alguna circunstancia problemática, las señales son algunas evidentes como la inquietud, la nerviosidad, el temblor en oportunidades, el desasosiego. Otros no son tan evidentes pero si igual de importantes como la taquicardia, las pupilas dilatadas, la sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (como brazos o piernas).
Esta reacción del organismo está determinada por respuestas neuroendocrinas conjuntas del hipotálamo, las glándulas hipófisis y las glándulas suprarrenales; que es la respuesta normal a una causa específica que se origina en toda persona sometida a una agresión. En consecuencia debemos considerar al estrés como una respuesta habitual y necesaria para la supervivencia, aunque muchas veces se la interpreta como patológica. Este desconcierto es debido a que este verdadero mecanismo de defensa puede, bajo algunas circunstancias habituales en ciertos modos de vida, desencadenar problemas graves de conducta y de salud. Si esta respuesta fisiológica es excesiva ocasiona un exceso de tensión que actúa en el organismo pudiendo ocasionar la aparición de padecimientos y anomalías patológicas que alterarán el normal proceso y funcionamiento del cuerpo humano; como por ejemplo algunas alteraciones de la memoria, alteraciones en el ánimo, nerviosidad, disminución de la concentración, y en el sexo femenino puede originar cambios hormonales significativos como dolores abdominales inferiores, alteraciones del ritmo menstrual, entre otros síntomas. Llevar una vida de estrés tiene implicaciones variadas. Por un lado están todas las alteraciones fisiológicas, y por otro están las complicaciones de orden emocional. El estrés es un elemento que aumenta la sensación de agravio en las relaciones sociales, familiares y laborales, al mismo tiempo en que figura como herramienta de distorsión de la realidad. Vivir bajo estrés implica, entonces, no solamente un deterioro físico, sino también psicológico y de la vida de relación. El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Cada uno cuenta con sus propias características, síntomas, duración y enfoques de tratamiento. Analicemos cada uno de ellos.
ESTRÉS AGUDO
El estrés agudo es la forma más común. Surge de las exigencias y presiones de lo vivido reciente y las exigencias y presiones predichas del futuro cercano; puede ser inquietante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es excesivo resulta aplastante, exagerar tolerando el estrés a corto plazo puede derivar en agonía psicológica, cefaleas tensionales, malestar digestivo, insomnio y otros síntomas.
Felizmente, muchas personas reconocen los síntomas de estrés agudo, que resulta en una lista de lo que no fue satisfactorio en su vida: tanto en el aspecto personal, familiar y/o laboral, y como que es a corto plazo, no tiene tiempo suficiente para originar daños importantes como los del estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:
Agonía emocional:
una combinación de irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.
Problemas musculares que incluyen dolores de cabeza tensos:
dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos
Problemas digestivos:
como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable
Sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea:
ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, taquicardias, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho. El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable.
Estrés agudo episódico
Aquellas personas que presentan estrés agudo episódico con frecuencia sus vidas son desordenadas con episodios de caos y crisis, continuamente están apuradas, pero continuamente llegan tarde, asumen muchas responsabilidades, tienen excesivas cosas pendientes y no pudiendo organizar el conjunto de exigencias que se imponen ni las obligaciones que reclaman su atención, aparentemente están perpetuamente en las garras del estrés agudo.
Es frecuente que las personas con estrés agudo se encuentren demasiado agitadas, estén irritables, posean mal carácter, sean ansiosas y estén tensas. Suelen presentarse como personas con “mucha energía nerviosa”, constantemente apuradas, suelen ser cortantes y a veces su irritabilidad se manifiesta como hostilidad, sus relaciones interpersonales se dañan rápidamente cuando otros les responden con hostilidad real. El trabajo se vuelve un lugar muy estresante para ellas.
La personalidad “Tipo A” proclive a los problemas cardíacos descripta por los cardiólogos Meter Friedman y Ray Rosenman, es equivalente a un caso extremo de estrés agudo episódico. Presentan un “impulso de competencia excesivo, agresividad, impaciencia y un sentido agobiador de la urgencia”. También, existe una forma de hostilidad sin razón aparente, pero bien racionalizada, y casi siempre una inseguridad profundamente arraigada, estas características de personalidad aparentemente crean episodios frecuentes de estrés agudo para las personalidades Tipo A. Los cardiólogos Friedman y Rosenman descubrieron que es más factible que las personalidades Tipo A desarrollen enfermedades coronarias que las personalidades Tipo B, que muestran un patrón de conducta opuesto.
Otra forma de estrés agudo episódico germina en las incesantes preocupaciones de algunas personas que perciben el desastre muy próximo, advierten con pesimismo una catástrofe en cada situación, considerando al mundo como un lugar comprometido, poco gratificante y penitenciario en donde lo peor eternamente está por suceder. Estas personas que ven todo mal son proclives a agitarse demasiado y a estar tensos, pero se encuentran más ansiosos y deprimidos que enojados y hostiles.
Los síntomas del estrés agudo episódico son los de una sobre agitación prolongada: cefaleas tensas y perseverantes, migrañas, hipertensión, dolor precordial y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo episódico demanda la intervención en varios niveles, que comúnmente requiere ayuda profesional, la cual puede tomar varios meses.
Frecuentemente, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan enraizados y son habituales en estas personas que no imaginan nada malo en su forma su vida, atribuyendo a otras personas y a circunstancias externas de sus males. Con reiteración, consideran su perfil, sus patrones de trato con los demás y sus formas de percibir el mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser fuertemente resistentes al cambio. Únicamente la proposición de alivio del dolor y de la incomodidad de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encauzadas en su programa de recuperación
Estrés crónico
Expresamos que el estrés agudo puede ser emocionante y fascinante, pero el estrés crónico no lo es.
Este es el estrés agotador, destructor, que desgasta a las personas diariamente, año tras año. El estrés crónico arruina al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos a través del desgaste a largo plazo, es el estrés de la pobreza, de la miseria, las familias disfuncionales, de verse involucrados en un matrimonio infeliz o en una ocupación o profesión que se detesta. El estrés crónico nace cuando una persona nunca percibe una solución a una situación lúgubre, es el estrés de los requerimientos y presiones inclementes durante largos períodos supuestamente interminables. Sin expectativas, las personas abandonan la averiguación de soluciones.
Algunos tipos de estrés crónico se originan en experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se conservan dolorosas y presentes constantemente, y algunas experiencias perturban intensamente la personalidad, pudiendo generar un punto de vista del mundo, o un método de creencias, que provoca un estrés interminable para la persona; ahora bien cuando la personalidad o las convicciones y creencias hondamente enraizadas deben reformularse, la recuperación exige el autoexamen activo, frecuentemente con ayuda de un profesional.
La peor característica del estrés crónico es que las personas terminan acostumbrándose a él, olvidándose que reside allí. Las personas toman conciencia rápidamente del estrés agudo porque es nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi resulta cómodo.
El estrés crónico mata a través del suicidio, la violencia, el ataque cardíaco, la hemorragia cerebral e incluso el cáncer. Las personas se deterioran incluso llegando a una crisis nerviosa final y fatal. Debido a que los aspectos físicos y mentales se ven debilitados por el desgaste a largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y requieren tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.
LAS CAUSAS PRINCIPALES DEL ESTRÉS
Sabemos que estamos en una época en la que el estrés está más presente que nunca, pero ¿qué nos causa estrés? y ¿por qué ahora hay más casos? El ritmo acelerado en el que estamos inmersos es el principal motivo, unido a la falta de seguridad económica que gran parte de la población estamos pasando debido a la crisis, lo que nos ocasiona tener menos posibilidades de disfrutar del poco tiempo libre que nos queda. Muchas veces nos damos cuenta que estamos estresados, pero no sabemos bien el motivo, habitualmente no se trata de una única cosa, se suelen agrupar varios problemas.
MOTIVOS PROFESIONALES
El trabajo estresante al que nos tenemos que enfrentar en esta época, hace que estemos más nerviosos de lo normal. Apuros, exceso de responsabilidades, malas relaciones con compañeros y jefes. En muchos casos hay menos personas en la nómina de lo que sería aconsejable, lo que determina que los trabajadores tengan más trabajo y carga mental. Asimismo en muchas ocasiones hay miedo de decir “no” a las peticiones laborales que se exceden de nuestro trabajo habitual, negarse sería un riesgo de despido y en relación a lo mal que se encuentra el mercado, hay temor a ser despedidos. Para minimizar el estrés laboral, sería recomendable aprovechar bien los ratos libres que tengamos, recapacitemos, ¿qué es lo que más nos gusta hacer?, ¿con qué disfruto muchísimo? No obstante tener poco tiempo libre, practiquemos nuestros hobbies y sobretodo contemos con una buena alimentación y debemos dormir las horas necesarias.
PERSONAS PERJUDICIALES
El ambiente en el que permanecemos la mayor parte del tiempo, influye mucho en el estrés. Las personas perjudiciales nos roban energía y positividad, pero como saber si tenemos en nuestro ambiente personas que nos perjudican, sólo debemos atender a nuestras emociones; si experimentamos sensaciones de ira, estrés, condena, concisamente, si tenemos malas sensaciones es debido a que estamos ante personas perjudiciales. Las personas sanas, son las que cuando estamos en contacto con ellas, nos sentimos a gusto y entonces las emociones son positivas, son como una luminosidad que mejora nuestras emociones. Lo ideal para que un mal ambiente no nos cause estrés, sería compartir el menor tiempo posible con estas personas. Pero como muchas veces no es posible, porque puede tratarse de familia, o en el trabajo donde tenemos que pasar tantas horas, sería bueno que el exiguo tiempo libre que tuviéramos lo disfrutáramos lo más posible, para así tratar equilibrar la balanza de la negatividad a la que hemos tenido que estar expuestos.
PENSAMIENTOS PERJUDICIALES
Uno mismo puede estresarse sin que existan motivos importantes, si nuestra mente se encuentra concentrada en lo negativo que hay en nuestra vida, nos estresaremos rapidamente. Es necesario concentrar los pensamientos en cosas agradables y no permitir que el pesimismo nos anegue. Debemos cultivar la tolerancia, olvidar la perfección, las ambiciones de conseguir las metas, los apuros, porque eso nos lleva caer en el estancamiento. No nacimos para ser perfectos y eficientes, hemos venido a ser felices y aquí tiene trascendencia ese dicho “lo importante no es la meta sino el camino” y aunque parezca una fantasía es cierto, porque en el camino hay cosas que disfrutar. Debemos estar atentos y mirar el contorno, el presente en vez de mirar hacia el futuro, porque solo existe un lugar en el que puedes vivir y disfrutar, y es el que tienes aquí y ahora, si permites que tu mente se vaya hacia el pasado o futuro, te estresarás y este será un estrés no real, porque te lo creas tú con tus pensamientos.
PÉRDIDAS SIGNIFICATIVAS
Los fallecimientos de seres queridos, amistades o personas con las que estábamos compartiendo nuestra vida, es una de las más difíciles realidades estresantes. En la mayoría de casos se requiere ayuda profesional. Son cambios en nuestra vida irreversibles y muy dolorosos. Debemos pasar por una serie de etapas de duelo en la que el dolor irá remitiendo y seremos capaces de seguir adelante con normalidad.
AMOR Y DESAFECTO
El amor, es la más sublime de las energías y está demostrado que es una de las causas que nos producen felicidad. Pero cuando no transcurre de una manera sana, nos damnifica. Relaciones de pareja beligerantes originan muchísimo estrés. Casos de dependencia emocional, personas que tienen la autoestima baja y toleran que no las traten adecuadamente, tener miedo a perder al otro, etc. No comprender que “es mejor estar solo que mal acompañado” desgraciadamente muchas personas no lo practican, y eso les generará fuentes de estrés poco recomendables. Asimismo las personas que no están en pareja, pero están ilusionados con quién no les corresponde, pueden llegar a acostumbrarse al sufrimiento, a estar detrás de alguien o de algo que no puede ser. Con todas estas acciones erróneas, lo que obtenemos es eliminar el bienestar y se nos va acumulando el estrés.
ESTRÉS ACÚSTICO
Es un tema del que se comenta poco, pero permanecer muchas horas expuesto a ambientes de mucho bullicio estresa, fundamentalmente si hay obligación de estar habitualmente en esos ambientes de contaminación acústica. Lo que se puede hacer para neutralizar eso, sería dedicar diariamente un tiempo de exclusividad a solas, para escuchar música relajante a bajo volumen, hacer yoga, practicar relajación, y/o meditación.
LA SOLEDAD
Vivimos en la época de las telecomunicaciones, del celular, de la PC y ahora existe más soledad que nunca, las relaciones humanas se han deteriorado, siendo cada vez es más frecuente disminuir el contacto real, por el contacto con los aparatos electrónicos. Años atrás la gente se relacionaba durante más tiempo personalmente. Es conveniente pasar más tiempo en el contacto humano, que usando máquinas.
ESTABILICEMOS NUESTRO ENALTECIMIENTO
El estrés se va acopiando en nuestro interior y si no compensamos y equilibramos nuestra balanza, acabaremos detonando por alguna parte en forma de ansiedad u otras patologías psicosomáticas.
¿Cómo equilibrar la balanza? Lo primero sería localizar ¿qué nos causa estrés? Y una vez sabido, debemos tomar de otra manera las cosas. Debemos disfrutar del tiempo libre que tengamos y divertirnos, cada uno tiene una forma de divertirse, no existe una norma universal, debemos buscar nuestra manera de disfrutar. Si no nos divertimos es durante largos periodos, dejaremos que la negatividad gane más espacio y nuestras emociones irán deteriorándose; si una persona tiene que trabajar muchas horas en un mal ambiente, y al salir del trabajo está tan negativo que no hace nada más porque no tiene ganas, finalmente ese estrés le pasará factura. Al contrario, si decide que ese trabajo no es satisfactorio nada va a impedir que siga disfrutando de la vida, logrará estar bien. Necesitamos un motivo para aguantar lo malo que hay en nuestra vida. Busquemos nuestro motivo, practiquemos nuestro hobbies, hagamos cosas que nos gustan, disfrutemos, mantengamos relaciones con personas sanas y buenas, cuidemos a quienes nos quieren y apoyan.
ESTRÉS OXIDATIVO
En términos químicos, el estrés oxidativo es un gran aumento (cada vez menos negativo) en la reducción del potencial celular o una gran disminución en la capacidad reductora de los pares redox celulares como el glutatión. Los efectos del estrés oxidativo dependen de la magnitud de estos cambios, si la célula es capaz de superar las pequeñas perturbaciones y de recuperar su estado original. Sin embargo, el estrés oxidativo severo puede causar la muerte celular y aún una oxidación moderada puede desencadenar la apoptosis (es una destrucción o muerte celular programada provocada por ella misma, con el fin de autocontrolar su desarrollo y crecimiento), mientras que si es muy intensa puede provocar la necrosis.
Se presenta con más frecuencia en:
– Diabetes
– Artrosis de rodilla
– Osteoartritis
– Artritis reumatoide
– Insuficiencia venosa
– Herpes zóster
– Parkinson
– Trastornos de la memoria
– Ateroesclerosis
– Esclerosis múltiple
– Ansiedad y depresión
– Hernias discales
Las situaciones que aumentan la producción de radicales libres son:
– La contaminación ambiental
– El tabaquismo
– Las dietas ricas en grasas
– Exposición excesiva a las radiaciones solares
– La ingesta de aceites “vegetales” que fueron refinados, ya que estos contienen radicales libres al ser sometidos a altas temperatura
Un radical libre es una molécula (orgánica o inorgánica), en general extremadamente inestable y, por tanto, con gran poder reactivo. Se puede sintetizar en el laboratorio, se puede formar en la atmósfera por radiación, y también se forma en los organismos vivos (incluido nuestro cuerpo), por el contacto con el oxígeno, y actúan alterando las membranas celulares y atacando el material genético de las células, como el ADN. Se producen en la respiración con la presencia de oxígeno, que aunque es imprescindible en la vida celular de nuestro organismo, también se producen estas moléculas reactivas, que provocan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud debido a su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas (“oxidación”). En nuestro cuerpo existen células que se renuevan continuamente como las de la piel, del intestino, y otras que no, como las del hígado y las de las neuronas. En el transcurso de los años, los radicales libres pueden producir una alteración genética sobre las células que se dividen continuamente, contribuyendo a aumentar el riesgo de cáncer por mutaciones genéticas o bien, disminuyen la funcionalidad de las células que no se dividen tanto, minimizando el número de mitocondrias, que es característico del envejecimiento. En el ser humano, el estrés oxidativo está involucrado en muchas enfermedades, como la aterosclerosis, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer y también puede ser importante en el envejecimiento.
Dentro de los factores de riesgo del Estrés Oxidativo crónico se encuentran las condicionantes medio ambientales y los estilos de vida, ya que están involucrados en todos y cada uno de los estados de enfermedad y del envejecimiento. Tanto desde el punto de vista medio ambiental, como de estilo de vida, vamos a encontrar que los hábitos dietéticos van a condicionar el desencadenamiento de estados de enfermedad o del mantenimiento de una salud y calidad de vida satisfactorios. Por otra parte, la dieta tendrá un mayor impacto en individuos con predisposición genética; de ahí la importancia de la Nutrigenómica y la Genética Nutricional. Suplementaciones dietéticas con Arándano, Espinaca o Fresa revierten el déficit, por la edad de la capacidad cognoscitiva y las funciones motoras (James y col., 1999). Por otra parte, se ha demostrado que el consumo de ácido linoleico puede proteger contra el infarto cerebral a través de probables mecanismos que disminuyen la presión sanguínea y reducen la agregación plaquetaria, proceso precursor de la formación del trombo (Hiroyasu y col 2002)
Los ANTIOXIDANTES, fundamentalmente de fuentes naturales, son esenciales para prevenir/tratar estos desórdenes, pero deben ser utilizados con racionalidad a través del conocimiento previo del estado de oxidación del paciente, así como de su enfermedad de base (en caso de existir), acompañado de una evaluación integral de su estado de salud (León y col 2004).
Los 6 mejores antioxidantes naturales:
1- EL LIMONENO está presente en la cáscara de los cítricos, el limoneno es el que produce el olor característico de la naranja y el limón, entre otros. Este componente tiene la propiedad de reducir el riesgo de padecer de infarto, hipertensión, cataratas, algunas enfermedades degenerativas y ciertos tipos de cáncer.
2- LAS CATEQUINAS son de la misma familia de los polifenoles, que son un tipo de antioxidantes que tienen la capacidad de activar las enzimas del hígado, responsables de eliminar las toxinas. Este se encuentra principalmente en el té verde, ya que es su principal compuesto, asimismo tiene grandes propiedades para prevenir enfermedades como la artritis.
3- El SULFORANO es el principal compuesto de las coles de Bruselas, el rábano, el berro, la coliflor y el brócoli. El sulforano ayuda a desintoxicar el organismo y su propiedad más importante es la de eliminar los agentes cancerígenos que se puedan encontrar en algunos tipos de tumores.
4- El RESVERATROL es un importante y efectivo componente que se encuentra principalmente en la piel de las uvas, el vino, los arándanos, las frambuesas, las ostras, las nueces y los cacahuetes. El resveratrol actúa directamente sobre las sirtuinas, enzimas que son las encargadas de regular la acción de determinados genes.
5- EL LICOPENO es el encargado de proporcionarle el color rojo al tomate y a la sandía, así como a otras frutas y verduras, de tal manera que es considerado uno de los más importantes antioxidantes, ya que ayuda a prevenir el cáncer y mejora la circulación de la sangre, evitando problemas cardiovasculares.
La quercetina es un pigmento natural que tiene la gran capacidad de ser un protector hepático, previene el asma, es un gran vasodilatador, reduce notablemente los niveles de azúcar en la sangre y previene las enfermedades cardiovasculares; es en general uno de los mas importantes y potentes antioxidantes naturales que existen y lo podemos encontrar en el té verde, el mosto de uva y la cebolla.
Acción del estrés sobre la columna vertebral
Actualmente es uno de los problemas que conmueve a muchas personas y cuando se focaliza en la columna vertebral logra importantes modificaciones no solo para el campo físico sino también para el campo mental y para el campo espiritual. Observemos que muchas personas deben soportar habitualmente un estado de debilidad, de extenuación casi permanente, sucede que transitamos una época en la cual el estrés es persistente, en donde los ritmos de trabajo tienen que ser rápidos, soportando grandes tensiones para realizarlo, lo que conlleva a un gran desgaste físico y psíquico, y esta circunstancia progresivamente causa un gran detrimento que se manifiesta en modificaciones que se manifiestan con síntomas de distinta índole, manifestándose también en ese eje de la vida que es la columna vertebral, ese eje fundamental que nos permite estar equilibrados en las posturas y mantener al cuerpo en una sinergia muscular constante que facilita y lleva a la actividad.
Causas del estrés
Cualquier acontecimiento puede provocar una réplica emocional y crear estrés, como hemos descripto antes, pero no es necesario que sean acontecimientos muy intensos, es bastante que se prolonguen durante largos períodos de tiempo; y fundamentalmente la forma en que la persona los descifra o se enfrenta a ellos, ya que le afecta negativamente. Es significativo subrayar que ciertas realidades que inducen a estrés en una persona logran resultar intrascendentes para otra. Cualquier tipo de cambio puede generar tensión, pero lo realmente significativo es la manera de afrontar ese cambio, y cada persona tiene una tolerancia diferente a los problemas y un umbral del estrés distinto. Causas de estrés o factores de riesgo más frecuentes en la columna vertebral:
– Factores físicos estresantes
– Exposición a productos químicos
– Ruido
– Sobreesfuerzo
– Malas posturas
– Temperaturas extremas
– Hacinamiento
– Hambre
– Insomnio
– Factores emocionales y mentales
– Mudanzas y obras en casa
– Exámenes
– Problemas de pareja
– Desempleo
– Muerte o enfermedad grave de un ser querido
– Retos en el trabajo
– Trabajo a disgusto
– Discusiones laborales o familiares
– Competitividad
– Obstáculos de tránsito
– Falta de tiempo para realizar tareas y para dedicar al ocio.
El estrés incide en forma negativa y de muchas formas sobre el cuerpo, siendo la columna vertebral uno de las partes de descarga, afectando los diferentes grupos musculares como consecuencia de los cambios que sufre ese sistema. Asimismo, maquinalmente será transferida esa descarga a través de la columna vertebral y de alguna manera influirá en los mecanorreceptores de las vías reflejas paravertebrales pudiendo alterar la vía refleja si esa descarga ocasiona un desplazamiento vertebral, que se manifestará por sintomatología simpática si el desplazamiento es hacia la derecha o parasimpática si es hacia la izquierda. También esa descarga repercutirá en la actividad muscular que va a crear un aumento de cargas en las distintas estructuras, como puede ser: un disco intervertebral, un ligamento, una carilla articular, etc.
Ésta gran carga es virtualmente una posibilidad de crearse un proceso doloroso en la columna. Ahora, bien las personas que presentan un proceso degenerativo en la columna, una situación de estrés agudo es factible de poder, incrementar o crispar esa lesión estructural. Estos procesos de dolor como consecuencia del estrés concluyen retroalimentándose, pues los dolores de columna terminan a su vez generándolo. Cualquier contexto doloroso a nivel del sistema nervioso central proyecta una condición de alarma en el cuerpo, ante la presencia de discordancia. Nunca debemos olvidar que en la columna lumbosacra, por ejemplo, hay muchas cosas que le afectan, las malas posturas, los esfuerzos, el frío ambiente directamente sobre ella y las emociones negativas, y que el dolor acrecienta el estrés y éste acrecienta el dolor.
El organismo con tanta sobrecarga muscular aparte del cuadro doloroso, presenta un gran agotamiento físico. El esfuerzo es casi permanente y al finalizar el día presentando una condición de gran fatiga, el estrés sumado a las actividades diarias incrementan ese estado de agotamiento.
A nivel somático el estrés es aumenta la contracción muscular, el músculo posee un grado de tensión establecido para la vida diaria; pero en situación de estrés si esa persona continua ejecutando sus actividades lo hará con una tensión muscular mayor, y en consecuencia la postura será el resultado de esas tensiones aumentadas. El dolor y la contractura muscular son los síntomas característicos, pero el estrés puede crear otro tipo de realidades a lo largo del tiempo, como las que ya citamos relacionadas a las vías reflejas paravertebrales que muchos pacientes padecen, pero no consultan porque no las relacionan con el estrés y mucho menos la relacionan con la columna vertebral; y también los trastornos de sueño que es un inconveniente muy frecuente y se exhibe en estos cuadros. La ansiedad es además otro síntoma asociado al estrés, que puede producir un aumento de la frecuencia respiratoria y como los músculos respiratorios profundos son estabilizadores de la columna, y como esta condición genera mayor demanda de oxígeno, pueden dejar de efectuar esa función. La sintomatología dolorosa de la columna vertebral, desde el advenimiento de la PC, es más frecuente en las edades más tempranas, entre otras cosas, por la falta de docencia incluso como sentarse correctamente, cuanto permanecer sentado sin levantarse, la falta de actividad física, y aquí es oportuno recordar que a cualquier edad “la vida es cambio y movimiento” ya que prácticamente no existe vida sin cambio ni sin movimiento.
En el origen de la dificultad de dolor el estrés es un agente más, el problema reside en que la medicina se ha olvidado que los seres humanos somos estructuras y por eso es que nunca vamos poder lograr que no nos afecten las pautas provenientes de la mecánica, porque al ser estructuras tenemos un “centro de gravedad” que se encuentra en la 5ª vértebra lumbar, que al ser estructuras los miembros superiores e inferiores son “palancas” y en consecuencia lo que hacen los miembros superiores lo descargarán en la columna cervical y lo que realizan los miembros inferiores lo harán en la columna lumbosacra. Estamos haciendo referencia a la Biomecánica, el considerado padre de esta fue Giovanni Borelli en el siglo XVI quién en ese tiempo estableció las leyes del movimiento humano, y bueno es recordar que cuando transgredimos las leyes de la mecánica le estamos abriendo la puerta a la patología.
Indudablemente el estrés produce varios cambios, y en consecuencia no alcanza solamente con solucionar el inconveniente del dolor con el tratamiento, sino también se deben establecer pautas saludables que produzcan cambios favorables también en el campo mental y en el campo espiritual que favorezcan un proceso óptimo de recuperación.
Dr. Mario Fiore – Produccion Informe Barrial.-
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Publicado: 15 / 11 /2024
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Publicado: 18 / 11 /2024
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