Parque Chacabuco
Cinco efectivos de la Policía de la Ciudad quedaron procesados como coautores de «homicidio agravado» de un ladrón desarmado que el mes pasado murió de un tiro por la espalda tras una persecución por el barrio porteño de Parque Chacabuco, y si bien el juez les había dictado la prisión preventiva, todos los imputados ya fueron excarcelados por la Cámara del Crimen, informaron este lunes fuentes judiciales.
El procesamiento -al que tuvo acceso Télam- fue dictado por el juez en lo Criminal y Correccional 20, Hugo Decaria, en orden al delito de «homicidio agravado por haberse cometido en abuso de su función», que prevé la pena de prisión perpetua, en perjuicio de Iván Ezequiel Kresta Orellano (27).
Los cinco policías porteños procesados son Sebastián Nicolás García, Francisco Julián Rodolfo Rodríguez, Rodrigo Ezequiel Giraudo, Fernando Nicolás Correa Aquino y Sergio Manuel Fernández.
En el caso de un sexto policía que en su momento también fue detenido, Carlos Alexis Duarte, el magistrado resolvió liberarlo y dictarle la falta de mérito -aunque continúa bajo investigación-, luego de que aclarara en su indagatoria que él no había abierto fuego y que dicha circunstancia en principio estaba avalada porque su pistola fue secuestrada con su cargador completo con 17 cartuchos.
En la descripción del hecho, el juez les imputa a los cinco procesados «haber dado muerte en el curso de una persecución policial a Iván Ezequiel Kresta Orellano, el día 17 de marzo de 2022, en Cachimayo al 1890 de esta ciudad, a resultas de una herida de bala en el tórax provocada por un disparo de arma de fuego».
Todo había empezado en el mismo sitio, donde Kresta Orellano le arrebató el morral a una mujer de 62 años y huyó en un Ford Fiesta, que fue perseguido por patrulleros de la comisaría vecina 7B por varias cuadras a la redonda, hasta que terminó muerto de un tiro que le ingresó por la espalda y el auto chocado contra otro que estaba estacionado.
En el rodado no había armas de fuego y se encontró el proyectil que atravesó el tórax del ladrón fallecido.
Esa bala encamisada está secuestrada para cotejos balísticos con las armas de los seis policías que inicialmente admitieron haber disparado y fueron detenidos, pero también con las secuestradas preventivamente a otros 10 policías que llegaron a la escena pero negaron haber abierto fuego.
A la hora de evaluar la responsabilidad de los acusados, Decaria tomó en cuenta varios elementos, entre ellos, que el ladrón venía de cometer solo un arrebato, que estaba desarmado y que recibió un tiro por la espalda.
«El proceder policial no sólo no guarda relación con los protocolos de actuación en la materia. Exponen en forma palmaria una actuación desmedida e irregular», señala la resolución.
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