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Al ritmo del dos por cuatro, como no podía ser de otra manera, unas 400 personas se congregaron frente a la Legislatura porteña para reclamar una ley de fomento de la milonga que sirva como herramienta legal ante las “constantes inspecciones” que reciben esos espacios.
Julio Duplaa, presidente de la Asociación de bailarines y coreógrafos de tango, denunció que las milongas son víctimas de inspecciones en “horarios extraños” y durante las funciones. “Es como mínimo llamativo este mecanismo, no sucede en Recoleta, y mucho menos en los boliches”, remarcó.
“El pedido de una ley de fomento a la milonga es en pos de ayuda, cooperación y asesoramiento para organizar los eventos”, explicó el referente, para quien aquellos que realizan estos bailes «son bohemios organizadores, que si empatan están felices”.
Por otra parte, el bailarín destacó que el Mundial de Tango de 2015 contó con la participación de 45 países, y si bien sostuvo que “es vital» contar con el aporte de tantos bailarines y organizadores del mundo, «parece que esto no es percibido por los funcionarios”.